sábado, 2 de marzo de 2013

LA OBESIDAD EMOCIONAL




La obesidad emocional es la necesidad consciente o inconsciente de estar obeso, como estrategia emocional de supervivencia. En estos casos, resulta inútil realizar cualquier tipo de dieta. Las personas que la sufren han intentado perder peso muchas veces en su vida, y se enfrentan a un fracaso tras otro. 
Afortunadamente, se pueden averiguar las causas emocionales que nos están afectando y realizar psicoterapia para resolverlas. Es entonces cuando la persona puede perder peso sin tanto esfuerzo. Con la técnica EMDR (estimulación bilateral de los hemisferios cerebrales), se pueden resolver estas causas de una forma más rápida y eficaz que otras psicoterapias.

Entre las posibles causas, las más importantes son:

a) Relaciones abusivas emocionalmente. Se trata de personas que en su infancia o vida adulta han sufrido mucho a consecuencia de una relación con una persona controladora, dominante, asfixiante o agresiva. Estas personas, dado que no se ven capaces de escapar de este abuso, tratan de crear algún tipo de distancia. Es en ese caso cuando la grasa crea una distancia con los otros. La persona tiende a esconderse dentro de su cuerpo. La grasa actúa como parachoques y hace que se sienta a salvo.

b) Abusos físicos y sexuales.
En este caso, cuando los límites son violados, la gordura crea un límite y un escudo entre el abusador y ella. La grasa aleja, literalmente al abusador.

c) Ocultarse del mundo. El miedo puede hacernos engordar o adelgazar. Cuando sentimos miedos, tenemos la necesidad de ocultarnos. Una forma de hacerlo es hacernos menos visibles (anorexia), la otra entraña retirarnos "dentro" de nuestro cuerpo, debajo de la gordura.

d) Muchas personas se encuentran más cómodas en el papel de una figura de autoridad si son más grandes, relacionan ser físicamente grandes con ser importantes.

e) Autocastigo. Si pensamos que no somos dignos de tener éxito, de tener un cuerpo bonito, del amor o del respeto de los demás, si no nos gustamos o nos despreciamos, estar gordo es una manera de castigarnos.

f) Rebelión. Si en una familia se preocupan mucho de la salud y estar en forma y presionan a sus hijos para perder peso o insisten demasiado, puede ocurrir que el hijo engorde para reafirmar que tiene el control de su vida. Inconscientemente, los padres mandan el mensaje de "no estás bien tal y como estás, yo sé mejor que tú lo que te conviene" y eso puede dañar mucho la autoestima. En muchos casos, esto crea un resentimiento y un deseo de seguir gordo, a fin de dejar las cosas claras.

g) Poner a prueba el amor. Si creemos que alguien no nos quiere por nosotros mismos sino por nuestro aspecto, es lógico eliminar lo que tenemos para ver si siguen con nosotros "a las duras y a las maduras". Quizá deseemos poner a prueba el amor comprobando si siguen queriéndonos, con independencia del aspecto que tengamos. También es posible que alejemos a nuestra pareja porque nos sintamos indignos de ser amados, o porque ésta está siendo demasiado exigente.

h) Si crees que perder peso te apartará de tus seres queridos de algún modo, querrás seguir estando gordo. Por ejemplo, si tú estás perdiendo peso y tu pareja no, puede hacer aflorar todo tipo de tensiones. Tu pareja podría ponerse celosa porque tu atractivo es cada vez mayor, o se puede sentir amenazada, porque "si estar gordo es lo bastante bueno para mi, ¿por qué no para ti?

i) Si alguien que amamos nos deja, con frecuencia sentimos que no tenemos el control de la situación. En un esfuerzo por aferrarnos a esa persona, es posible que queramos engordar. Por ejemplo, si un hijo muere y pesaba 30 kg más, puede que la madre o el padre engorden 30 kg para aferrarse más a su hijo.

j) Cualquier trauma, en especial si es grave, puede hacer que sintamos que el mundo es un lugar inseguro y pongamos en marcha una obesidad emocional.

Si te has visto reconocido/a en alguna de estas causas y quieres hacer frente a tu problema de peso de una vez por todas, puedes pedir una cita y analizaremos las causas de tu problema detenidamente.




























lunes, 28 de enero de 2013

TÉCNICA EMDR PARA TRATAR TRAUMAS




EMDR (desensibilización y reprocesamiento a través del movimiento de los ojos) fue descubierta por la Doctora Francine Shapiro en 1987 en California.

Se basa en la estimulación bilateral sensorial alternada, que puede ser visual, auditiva o táctil, sobre ambos lados del cuerpo. A su vez el paciente se focaliza en algún evento, trauma o problema a trabajar.

Esta técnica permite liberar y desbloquear muchas situaciones traumáticas, ya que se trabajan los dos hemisferios del cerebro, permitiendo la desensibilización de emociones negativas. La estimulación de ambos hemisferios cerebrales nos aporta soluciones adecuadas y definitivas.

El paciente se comunica con su red neuronal, que tiene asociada una carga emocional negativa, procediendo mediante esta técnica a su limpieza, quedando registrado el evento de forma sana, y, por lo tanto, desaparece la sintomatología dañina de una manera rápida y concluyente.

El EMDR acelera extraordinariamente la curación de muchas patologías, por lo que es muy recomendable para personas con estrés postraumático, si bien se puede aplicar a otras situaciones traumáticas como puede ser ansiedad, fobias, duelos, depresión, etc.